Crowdsourcing: qué es y cómo se hace para el marketing


Internet ha permitido que miles de personas puedan intercambiar ideas en tiempo real, así como crear comunidades de personas a miles de kilómetros con los mismos intereses.

Asimismo, ha impulsado la expansión de la economía colaborativa: un modelo económico en el que los consumidores y usuarios aprovechan las nuevas tecnologías para comprar, vender, alquilar, compartir o colaborar.

Detrás de esa filosofía está el crowdsourcing, que busca que un grupo amplio de gente aporte de manera altruista, por intereses compartidos, a un mismo proyecto.

¿Conoces todos los beneficios que esto puede tener para tu empresa? ¿Sabes cómo exprimir el potencial del crowdsourcing si lo aplicas como una estrategia de marketing? ¡Vamos a verlo!

Qué es el crowdsourcing y cuáles son sus beneficios

El crowdsourcing es un término que acuñó por primera vez en 2006 el editor de la revista Wired y que hace referencia a la práctica a través de la cual el gran público aporta ideas y una participación activa en el desarrollo de un producto o servicio.

La palabra crowdsourcing proviene de dos palabras inglesas: crowd (multitud) y sourcing (abastecimiento) y eso es exactamente lo que pretende: Que una multitud abastezca de ideas, financiación u otros recursos a un proyecto concreto.

Podemos hablar de una forma de economía colaborativa o colaboración masiva en ciertos proyectos que interesan o llaman la atención de aquellos que se prestan a participar.

El objetivo del crowdsourcing enfocado a una compañía es mejorar un producto o servicio de una empresa, pero además tiene múltiples beneficios colaterales que hacen pensar en esta práctica también como una excelente estrategia de marketing.

Si eres productor u ofreces algún tipo de servicios, pedir al público que te dé ideas o financiación para desarrollar una solución que poner a su disposición en el mercado es una excelente manera de asegurarte de que el producto va a ser consumido.

Pero, además, es una forma muy inteligente de expandir el potencial creador de tu empresa, con menores costes y mucho más engagement. Y es precisamente por esa razón por lo que el crowdsourcing es una excelente estrategia de marketing.

Con una campaña de crowdsourcing consigues que una amplia comunidad de consumidores de tu producto se vea involucrada en el desarrollo del mismo y se sienta parte del proyecto.

Ya sea opinando sobre el color de un logo, la participación de un actor o actriz en un spot o el sabor de unas patatas fritas, las personas que participan en la campaña de crowdsourcing pasan a formar parte de la comunidad de creadores orgullosos de su producto.

Con la campaña de crowdsourcing consigues objetivos de marketing y de publicidad a muy bajo coste y alcanzas lo más difícil: la atención, la fidelidad y el compromiso.

Tipos y ejemplos de crowdsourcing

Existen numerosos tipos de crowsourcing, de hecho, crowdsourcing es todas aquellas colaboraciones de un número elevado de personas que participen y aporten algo en concreto para el impulso de una idea, un proyecto o un producto o servicio.

El tipo de crowsourcing más conocido es el crowdfunding, que proviene de las palabras crowd (multitud) y funding (financiación), así que ya te puedes hacer una idea de lo que es si todavía no lo conoces.

El crowdfunding es un tipo de crowdsourcing en el que un amplio grupo de personas financian un proyecto de manera conjunta. Colaboran con una aportación económica individual para que, de forma colectiva, el proyecto pueda salir adelante.

Es el tipo de crowdsourcing más extendido: se ha utilizado para financiar todo tipo de iniciativas y campañas, e incluso para conseguir la producción de películas o para impulsar la publicación de libros.

Además, existen otros tipos de crowdsourcing como es el caso del crowdwisdom, que implica la colaboración de un gran grupo de personas para sugerir y promover ideas para crear, desarrollar o mejorar un producto, proyecto o servicio.

En este caso la aportación individual son ideas u opiniones sobre algo que, en conjunto, resultan muy valiosas porque permiten captar líneas de negocio, mejoras y buenas aportaciones que quizás no salgan de un reducido grupo de profesionales de una empresa.

Existen numerosos ejemplos de crowdsourcing que se han llevado a cabo por marcas reconocidas en los últimos tiempos. Por ejemplo, Lays lanzó una campaña para desarrollar nuevos sabores de sus patatas.

Con el título ‘Do us a flavour’, consiguió que centenares de personas se implicasen en la creación de nuevos sabores para su producto estrella, consiguiendo nuevas ideas a bajo coste y un engagement valiosísimo.

En esa línea, MacDonalds promovió que sus clientes crearan nuevas hamburguesas, con diferentes ingredientes. Por su parte, Lego tiene una división denominada Lego Ideas, en la que pide nuevas ideas a todos los ciudadanos y que son sometidas a votación antes de ser adoptadas.

Cómo aplicar el crowdsourcing en marketing

Involucrar al público en el desarrollo de una solución creativa o en la búsqueda de nuevos productos o ideas que se pondrán en marcha es una de las formas más efectivas e inteligentes de dar visibilidad y prestigio a tu marca o negocio.

Tengas un negocio grande o pequeño, puedes aplicar el crowdsourcing con una campaña en redes sociales y en la web, en la que pidas participación y compromiso para el impulso de un proyecto, una idea o un servicio.

¿Qué necesita tu empresa? ¿Ideas, financiación? Sea lo que sea, no olvides hacer de la participación una posibilidad atractiva, ya sea con recompensas o con una buena estrategia.

Además, es muy importante que cuando diseñes la campaña seas muy claro y específico en los mensajes. Cualquier destinatario debe entender rápidamente qué tiene que hacer para participar.

No olvides establecer algún mecanismo para medir los resultados y establecer fechas y objetivos como si fuera una campaña de marketing habitual.

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