¿Cómo afecta el síndrome del impostor al emprendedor?


Hay personas que son demasiado exigentes consigo mismas y que llevan a tal extremo esa forma de ser que nunca resultan satisfechas con sus logros. Esa tendencia casi obsesiva a quitarse mérito puede llegar a convertirse en un serio obstáculo para su avance profesional. Ese problema les hace vivir siempre a la sombra en el terreno laboral y a no ser capaces de desarrollar sus dotes para el emprendimiento. Éste no es un problema aislado y nos hace perder muy buenas ideas por el camino. Es lo que los especialistas conocen como el síndrome del impostor.

¿Qué es el síndrome del impostor?

El síndrome del impostor, también llamado síndrome del fraude, es un trastorno psicológico que sufren las personas que son incapaces de asimilar su éxito. Esos logros le hacen sufrir.

No es una enfermedad relacionada con la baja autoestima o la falta de confianza sino más bien con la tendencia a minimizar y subestimar el éxito. Achacan el triunfo profesional a la suerte y muchos especialistas lo vinculan al perfeccionismo.

Puede referirse a logros profesionales pero también académicos y es un trastorno más habitual de lo que puede parecer. Los estudios dicen que siete de cada diez personas lo han padecido alguna vez en su vida y que son millones los afectados en todo el mundo, especialmente mujeres, quizá por aquello de que son más perfeccionistas que los hombres.

Lo pueden sufrir exitosos directivos de empresas, estudiantes brillantes, reconocidos actores de cine... Se manifiesta con la sensación de no estar nunca a la altura o no ser lo suficientemente bueno o capaz, creer que tu éxito es una mera cuestión de suerte. Y también puede desaparecer en cualquier momento o empeorar con el tiempo.

Causas del síndrome del impostor

El síndrome del impostor, según la psicología, puede ser provocado por diversas causas. Algunos expertos hablan de:

  • Dinámicas familiares durante la infancia.
  • Estereotipos sexuales.
  • Diferencias salariales.
  • Percepción de éxito, fracaso y competencia.

Hay especialistas que vinculan este trastorno con el pesimismo defensivo, es decir, el miedo al fracaso, las dudas sobre sus propias capacidades, las bajas expectativas o incluso la preocupación por que los demás descubran que no son tan inteligentes como parecen.

Síntomas

Las personas que sufren el síndrome del impostor, es decir, que se sienten como un fraude, suelen presentar los siguientes síntomas:

  • Creer que sus logros no son merecidos.
  • Pensar que su éxito es fruto de la suerte o de la ayuda de alguien.
  • Falta de confianza en las propias competencias que le han llevado al éxito.
  • Dificultad para aceptar los elogios.
  • Miedo a que los demás descubran 'su fraude'.
  • Inseguridad laboral, académica y hasta en las relaciones sociales.
  • Expectativas de fracaso en situaciones similares a las que antes han superado con éxito.
  • Compararse constantemente con otras personas.
  • Falta de motivación ligada a la falta de confianza.
  • Negatividad que deriva en ansiedad, tristeza, etc.

Cómo afecta a la autoestima de un emprendedor

Los expertos aseguran que padecer el síndrome del impostor puede tener consecuencias negativas en la vida profesional de quienes lo sufren.

Cuando alguien está convencido de que no merece un empleo o de que no es mérito suyo sino del azar algún logro profesional, eso puede acabar convirtiéndose en una obsesión y esa obsesión dará lugar a situaciones que le impidan progresar en su trabajo.

Si alguien tiene miedo a fracasar o a no ser lo suficientemente bueno en lo que hace, no correrá riesgos, no será proactivo y eso le privará de mejoras en su empleo que sí obtendrán quienes se atrevan a proponer.

Tener miedo a no estar a la altura provoca que esa persona trabaje por debajo de su potencial. Y todo este sentimiento generará estrés y reducirá su productividad.

La autoestima de un emprendedor es importante para sacar adelante sus proyectos. Si alguien no cree en sí mismo, nunca pondrá en marcha sus ideas porque nunca las considerará lo suficientemente buenas.

La búsqueda de inspiración en otros emprendedores

¿Existe tratamiento para el síndrome del impostor? Ya hemos dicho que es un trastorno que, debido a la experiencia, puede desaparecer y quedar en el olvido o manifestarse de manera ocasional cuando esa persona afectada vuelve a enfrentarse a la búsqueda de empleo o a un proyecto profesional nuevo. Pero también es posible que sea persistente y que incluso empeore con el tiempo si no se soluciona de la manera adecuada.

Los expertos recomiendan a esas personas con síndrome del impostor que ahonden en su problema, que investiguen sobre lo que les pasa y por qué. Es necesario saber qué normas te impones a ti mismo, qué es lo que te frena y te provoca tu propio estrés.

Hay especialistas que piden a las personas que sufren este síndrome que plasmen en un papel los sentimientos que les atenazan, esos sentimientos negativos que les hacen sentirse como 'impostores'. Al mismo tiempo, les invitan a hacer una lista con sus fortalezas y esos logros que consiguieron aunque en ese momento no los consideraron importantes. Y, por último, evaluar su cultura corporativa actual, porque puede estar afectándole de forma negativa si hay un ambiente de trabajo poco solidario que baje su autoestima y tenga un impacto negativo en su carrera profesional.

Para luchar contra este trastorno hay que enfrentarse a él. Es la única manera de que no condicione la vida laboral de quien lo padece.

Vencer al síndrome del impostor requiere la aceptación de uno mismo. No hay que ser perfecto como tampoco hay que confiarse en exceso.

Lo ideal es encontrar tus cualidades como emprendedor y para ello se necesitan estímulos. Hay que fijarse en otras personas que han logrado metas a las que tú también quieres llegar.

La mejor inspiración para los emprendedores es la de mirarse en el espejo de otros emprendedores. Es una buena técnica de motivación laboral para saber cuáles son tus habilidades como emprendedor y ver cómo de lejos puedes llegar si te lo propones. Es más, podrías darte cuenta de que ya has llegado hasta ahí y de que el mérito fue tuyo.