¿Se debe enseñar emprendimiento en el aula de colegios e institutos?


El emprendimiento consiste en tener una idea innovadora y lanzar ese proyecto empresarial pero, hasta ahora, nadie nos preparaba para eso. La realidad no es tan simple como inventar algo y ponerlo en marcha.

En el contexto socioeconómico actual, se hace cada vez más necesario apostar por el espíritu emprendedor entre los jóvenes para garantizar un futuro económico fuerte.

Quienes mejor preparados estén para dar un paso al frente y poner en marcha su creatividad serán los que lideren los cambios del mercado laboral del futuro. La competitividad es cada vez mayor y ya no sólo vale con hablar inglés o cursar un máster para obtener un trabajo, pero es clave que esa formación no caiga en saco roto y que sirva a los jóvenes para abrirse su propio camino profesional. Lo ideal es no tener que depender de que otra persona te otorgue un trabajo sino que seas tú mismo quien te lo proporcione.

Existen diversas formas de impulsar el talento desde el punto de vista académico como las ayudas económicas al estudio (por ejemplo, las becas MEC) pero también se debe hacer con las pautas básicas que estimulen esos valores emprendedores desde la infancia. En este post vamos a hablar de todas las ventajas de enseñar emprendimiento en el aula.

Planes de estudios que incluyan emprendimiento en las aulas

En una época en la que el futuro laboral es incierto y en la que el pesimismo crece por la precariedad y la falta de oportunidades, la preocupación de los más jóvenes también incluye la demanda de un cambio en el sistema educativo.

Son muchos los que se enfrentan al mercado laboral sin las ideas claras y con pocas herramientas para encontrar el empleo que desean. Y no por falta de formación sino porque, en muchos casos, ésta no está enfocada precisamente a la realidad empresarial.

En ese sentido, al contrario de lo que ocurre en otros países con un tejido económico más sólido, en nuestro país no se prepara a los estudiantes para emprender sino, en general, para ver el mundo laboral desde el punto de vista de un trabajador por cuenta ajena que trata de desarrollar las ideas de otro.

Pero, ¿de dónde surgen esas ideas? ¿Alguien debe atreverse a ponerlas en marcha, no? Para dar ese paso y para saber cómo darlo, cada vez se reclama más la inclusión de una asignatura de emprendimiento en las aulas, no sólo cuando vas a enfrentarte a la búsqueda de empleo, sino desde edades tempranas, para que el talento y la innovación se pongan en marcha cuanto antes.

¿Es clave para el futuro de los jóvenes aprender sobre emprendimiento?

Fomentar el espíritu emprendedor entre los más jóvenes puede resultar clave para el futuro económico del país y en ello se incide ya desde los propios gobiernos, ya que la Unión Europea dicta en su normativa que se debe integrar el emprendimiento en la educación dentro del currículum académico.

Hay personas que tienen mejores habilidades que otras para convertirse en jóvenes emprendedores. Por eso, emprendimiento y educación deben ir de la mano, ya que añadir una asignatura de iniciativa emprendedora desarrollará cualidades beneficiosas para la innovación, la creatividad y la adaptación a los cambios socioeconómicos.

¿Qué beneficios se obtendrían?

Apostar por incluir el emprendimiento en clase tendría muchas ventajas para las nuevas generaciones dentro del mercado laboral y del sistema económico:

  • Desarrolla la creatividad, la confianza y el pensamiento positivo.
  • Mejora la capacidad de los jóvenes para resolver problemas y tomar decisiones.
  • Estimula el espíritu emprendedor de los niños.
  • Enseña valores de emprendimiento e innovación desde la infancia.

La asignatura de iniciativa emprendedora

Hablar de emprendimiento en educación primaria inspirará a los alumnos para que sean más activos, más creativos a la hora de idear proyectos innovadores y más capaces de dar un paso al frente cuando llegue el momento de emprender.

Una sociedad emprendedora será una sociedad más desarrollada y ése es otro de los grandes beneficios de formar desde edades tempranas en el emprendimiento: el éxito individual también será el éxito del colectivo. Todos nos beneficiamos de ello.

De momento, en nuestro país ya empieza a impartirse la asignatura de emprendimiento en educación Secundaria, Bachillerato e incluso Primaria.

El plan de estudios en España contempla esta materia dentro del compromiso de nuestro país de promover el sistema emprendedor en el sistema educativo y, también, porque así lo establece la normativa europea, como ya hemos comentado.

¿Qué objetivos tiene esta asignatura?

Desde Primaria hasta Bachillerato se incluye ya el fomento del espíritu emprendedor como uno de los objetivos académicos de peso. ¿Qué se les enseña a los niños?
  • Aprenden cuáles son las cualidades que debe tener un emprendedor.
  • Se potencian habilidades para aplicar después al trabajo diario.
  • Los alumnos reciben la estimulación necesaria para afrontar los retos de la sociedad actual.
  • Se les enseña a elaborar proyectos emprendedores mediante los valores de participación, trabajo en equipo y comunicación, entre otros.

El emprendimiento en el aula para corregir desigualdades

Aunque de forma reciente, por fin se ha dado el paso de completar la educación de niños y jóvenes con una asignatura que debe serles realmente útil en su futuro profesional.

La transformación socioeconómica pasa por la educación, desde donde debe fomentarse el emprendimiento para lograr también una sociedad más igualitaria.

Dar a todos los alumnos las herramientas y habilidades que necesitan para enfrentarse al mundo laboral real les concede también la oportunidad de afrontar los problemas desde un punto de vista resiliente.

Eso terminará por construir también una sociedad más preparada para los retos y más estable en lo que a empleo y economía se refiere.

Hay cuestiones básicas del día a día de nuestra etapa adulta que nadie nos explicó siendo niños y, peor aún, ni siquiera siendo ya adolescentes o jóvenes que se enfrentaban por primera vez al mundo profesional. Eso ahora debería cambiar y mejorar nuestro tejido empresarial, con ideas más innovadoras y menos miedo al riesgo.