Cómo afrontar un nuevo confinamiento en el mundo empresarial


A pesar de que el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha manifestado públicamente que no contempla la implantación de un nuevo estado de alarma, como ocurrió entre marzo y junio de 2020, lo cierto es que esa posibilidad de un nuevo confinamiento durante el otoño-invierno, incluso ya en el mes de octubre, está sobre la mesa. Al menos, es una de las preocupaciones en el mundo empresarial en un año complicado por la pandemia de coronavirus.

Tras un verano de confinamientos selectivos en poblaciones en las que la incidencia del virus estaba siendo alta, el incremento de los brotes de contagios y de hospitalizaciones ha llevado ya a la Comunidad de Madrid a aplicar las primeras medidas restrictivas masivas, afectando primero a unos 850.000 ciudadanos y con la posibilidad de que, en caso de necesidad, esas normas se apliquen también a otras zonas de la capital.

Viendo este panorama no es descabellado pensar que otras comunidades autónomas o regiones se vean obligadas a adoptar restricciones similares para frenar el avance de los contagios. Aunque eso, como sabemos, tendría unas consecuencias importantes para la economía, con especial incidencia en las pequeñas empresas, que todavía siguen tratando de recuperarse del golpe que supuso para ellas un aislamiento de tres meses.

¿Están preparadas las empresas para un nuevo aislamiento? ¿Qué medidas se han tomado para paliar lo más posible los efectos de un nuevo cierre comercial? Analicemos cómo afrontar un nuevo confinamiento en el mundo empresarial antes de que la situación de la pandemia se descontrole de nuevo en nuestro país.

¿Qué hacer con mi empresa si hay un nuevo confinamiento?

La organización del trabajo ha cambiado en los últimos meses debido a la pandemia. El esfuerzo por parte de empresarios y trabajadores ha sido enorme para el buen funcionamiento de la actividad laboral, porque se han debido tener en cuenta muchos aspectos que hasta ahora ni nos planteábamos.

Cambios de normativa, nuevas formas de atención al cliente, diferentes maneras de desarrollar el trabajo diario... Todos hemos tenido que acostumbrarnos a una 'nueva normalidad' que no sabemos cuánto tiempo más se extenderá.

Pero este período también debe habernos servido, tanto a empleados como a empresarios, para planificar mejor la actividad laboral y para plantearnos cómo salvar la economía de la compañía en caso de que se produzca otro aislamiento obligado.

¿Están preparadas las empresas para afrontar un nuevo confinamiento? ¿Qué medidas tomar en ese caso?

Un plan de contingencia

Como previsión, las empresas -sobre todo las pequeñas compañías- deberían contar con un equipo de personas que tomen decisiones en caso de emergencia, para poder adoptar medidas lo más rápido posible con todos los datos en la mano, ajustando la organización del trabajo a las circunstancias.

Las empresas ya tienen que estar preparadas para dar respuesta rápida a un posible confinamiento en caso de producirse esa crisis, teniendo en cuenta cualquier aspecto que afecte a la actividad de la empresa.

Nuevas vías de comunicación

Uno de los problemas que se planteó en el primer confinamiento era cómo mantener una comunicación fluida entre la empresa y los trabajadores o incluso con clientes y proveedores.

Se improvisó el uso de aplicaciones que no siempre eran fiables pero ahora ya ha habido tiempo para que los empresarios solucionen este inconveniente y elijan herramientas seguras e inmediatas.

Preocupación por el bienestar del empleado

Un encierro, muchos cambios laborales y personales de golpe, incertidumbre por la situación laboral, mayor presión en el trabajo... Los empleados han sacado adelante el trabajo sin apenas recibir información al respecto, adaptándose a las circunstancias en tiempo récord y renunciando incluso a su privacidad o a su tiempo de descanso.

Todo eso debe estar ya tenido en cuenta. La empresa está obligada a garantizar los derechos de sus trabajadores, su seguridad en el lugar de trabajo e incluso a cubrir los gastos de su actividad y a proteger sus datos si se ven obligados a trabajar desde casa.

Además de todas estas medidas para microempresas, éstas deben haber previsto la posibilidad de ajustar sus presupuestos, incluso de la aplicación de un ERTE en caso de necesidad, y también haber planificado una respuesta a clientes y proveedores si la crisis se hace más honda. Hay que tener soluciones previstas para cada situación que se pueda presentar.

La tecnología y el importante recurso de mantenerse conectado

Teletrabajo ha sido el término empresarial por excelencia desde que en España se decretó el estado de alarma. Esta modalidad de trabajo no presencial -que no es posible en todas las actividades empresariales- se implantó casi de un día para otro, sin previsión y con mucha improvisación, con las consiguientes dudas que ha generado tanto en los empresarios como en los trabajadores.

Ha sido tal el calado de esta medida que el Gobierno se ha visto obligado a pactar con todos los agentes sociales una nueva normativa que recoja todos los aspectos a tener en cuenta a la hora de optar por esta modalidad laboral.

En muchos casos, el teletrabajo ha llegado para quedarse, pero no todas las empresas darán continuidad a este sistema una vez esté controlada la pandemia.

En este sentido, la tecnología ha sido la mejor aliada de las empresas, porque ha permitido que los empleados desempeñen su trabajo de manera eficaz. Ha sido fundamental la posibilidad de mantenerse conectado para el desempeño laboral, la comunicación continua y el acceso a diversos recursos que han posibilitado que la actividad de las empresas no tuviera que interrumpirse, lo que hubiera provocado unas consecuencias todavía más desastrosas para las empresas y para la economía del país.

Tiendas online, presente y futuro de las pymes

Hablamos de que el trabajo en línea ha jugado un papel muy importante durante el confinamiento y, para hacerlo posible, ahí ha estado la tecnología. Pero ésta no sólo ha estado presente en ese aspecto de la actividad empresarial.

La tecnología se ha aliado con las pymes para hacer frente, por ejemplo, al aumento de las ventas online. Las tiendas físicas han dejado de ser la primera opción incluso después de levantarse el estado de alarma y eso ha obligado a muchas empresas a invertir en tecnología, porque se han dado cuenta de que es una de las maneras más seguras de salvar el negocio. Hay muchos casos incluso de creación de tiendas online, lo que nos indica también hacia dónde se dirigen las tendencias de consumo.

Y eso supone igualmente que las empresas, sobre todo las pequeñas, que todavía no estaban adaptadas al cien por cien, necesiten nuevas maneras de llegar a sus clientes, adoptando nuevas estrategias de marketing para tiempos de crisis. ¿Tu empresa está preparada ya para un nuevo confinamiento?