Diferencias entre ser emprendedor y montar un negocio propio


Muchas veces se considera que iniciar un negocio propio es algo único de un talante emprendedor. Obviamente se requiere mucho valor para hacerlo y es recomendable contar con ideas de estrategia empresarial. Pero no tiene por qué corresponder a un talante emprendedor obligatoriamente.

Los emprendedores poseen valores concretos, que son los que definen su forma de ser, tanto a nivel personal como profesional. Estos son algunos de los valores que los diferencian de cualquier empresario.

Buscan la innovación

Un negocio puede basarse en cualquier sector actual sin tener que innovar. Los emprendedores, en cambio, buscan modificar o cambiar las cosas, normalmente para conseguir una mejora constatable.

Gracias a esa mejora, la mayoría de negocios emprendedores con éxito mantienen un rumbo de innovación constante. Es el motor que les guía para seguir mejorando.

Huyen de las rutinas profesionales tradicionales

Un horario fijo, la jerarquía profesional, lugares de trabajo monótonos o incluso estables, son elementos tradicionales de un empleo corriente, que los emprendedores no suelen aceptar.

Un valor emprendedor clave es la diferenciación con respecto a cualquier trabajo corriente. En ocasiones es imposible y, con el tiempo, debe adaptarse a las exigencias profesionales. Pero la necesidad de buscar una diferenciación con respecto al trabajo tradicional, siempre persiste en ellos.

No son capaces de desconectar

En otros artículos anteriores explicamos que el ser emprendedor se convierte en una característica de la persona. Esto no siempre es positivo, tiene sus desventajas. En muchas ocasiones la mayor crítica hacia los emprendedores es que, dado que siempre están buscando cómo mejorar competitivamente o profesionalmente, suelen llevarse el trabajo a casa.

Esta falta de horarios, relacionada en muchas ocasiones con las oportunidades constantes de trabajar en cualquier momento mediante las nuevas tecnologías, hace socialmente complejo convivir con estas personas. Luego logran éxitos y objetivos increíbles, pero el esfuerzo ha sido titánico en cuanto a dedicación.

Mejoran competitivamente un sector

Incluso montando un negocio tradicional, en el que no se busca la innovación y en el que se ha debido adoptar en buena medida la mayoría de rasgos tradicionales del empleo, un emprendedor marca la diferencia.

En estos casos, suele ser directamente sobre los procesos productivos, ya sea introduciendo ideas revolucionarias, mejorando la experiencia de los clientes, potenciando como nunca la relación con los proveedores… Al final, la presencia de un emprendedor hace que un trabajo completamente tradicional, se actualice.